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El NIST (National Institute of Standards and Technology), habla de las 5 características esenciales para una buena administración e implementación del paradigma en la nube. En este artículo se revisarán estas características en profundidad, ya que son aspectos importantes para tener en cuenta al momento adoptar el cómputo en la nube.
Existe una variedad de servicios diferentes que se ofrecen bajo la modalidad de cómputo en la nube, y cada uno de los servicios ofrecidos tiene un fin único. Sin embargo, existe una serie de características comunes que define al cómputo en la nube, y que hace posible identificarlo como tal.
Según el NIST, las 5 características esenciales del cómputo en la nube son:
Para entenderlas mejor, echemos un vistazo al detalle de cada uno de estos puntos.
En estos casos, cada uno de los usuarios u organizaciones que opta por utilizar alguna de las ofertas de servicios de cómputo en la nube es responsable de la configuración de los recursos y el despliegue de estos.
De esta forma, el usuario final es quien decide que recursos quiere o necesita utilizar y cuál será la capacidad asignada a cada uno de los recursos, y es el mismo usuario quien puede configurar estas opciones desde un centro de administración de dichos recursos.
Todos los servicios ofrecidos bajo el paradigma de cómputo en la nube deben de ser accesibles a través de internet, de forma que un usuario puede hacer uso de ellos en cualquier momento de acuerdo con sus necesidades, y, muy importante desde cualquier parte del mundo, sin necesidad de tener acceso físico a la infraestructura que brinda soporte.
Cada proveedor de servicios de cómputo en la nube mantiene un gran número de recursos de hardware disponibles para sus clientes. Cada que uno de ellos realiza una solicitud y el proveedor asigna los recursos mediante un modelo de múltiples tenencias. Esto, en esencia significa que todos sus clientes están haciendo uso de la una infraestructura compartida. Además, todos los recursos disponibles se agrupan por cliente, al cual se le asigna un acceso único para cada uno de ellos. De esta forma, cada cliente solo puede ver sus recursos y no tiene conocimiento de los recursos asignados a otros clientes.
Sin importar cual sea el proveedor de cómputo en la nube, el usuario cuenta con una flexibilidad en el despliegue de los recursos. Esta flexibilidad es una abstracción del despliegue de la infraestructura física que el proveedor de servicios debe realizar para satisfacer las necesidades del cliente.
La infraestructura que soporta los centros de datos de los proveedores de los servicios generalmente hace uso de técnicas de cómputo distribuido o virtualización, que son transparentes para el usuario final.
De esta forma, el usuario tiene el control sobre los recursos que necesita, por lo que puede realizar peticiones para aumentar o disminuir las cantidades y/o capacidades de los recursos contratados, y el proveedor debe ser el encargado de administrar ese cambio en su infraestructura de forma transparente y sencilla para dar una respuesta rápida y satisfactoria a las solicitudes de sus usuarios.
Los proveedores de servicios de cómputo en la nube establecen controles para poder realizar una medición de los servicios utilizados por los usuarios. Dependiendo del tipo de recurso ofrecido, se acuerda y establece con el usuario un método de medición de uso de este, por lo general es por uso, o por servicio.
Por ejemplo, en un servicio de almacenamiento de datos en la nube el proveedor puede establecer un precio fijo para los archivos almacenados, o por el tiempo de almacenamiento, o por el espacio de almacenamiento utilizando, o una combinación de 3 factores.
El cómputo en la nube representa una evolución con respecto a un modelo de cómputo tradicional, en el cual particulares u organizaciones necesitan adquirir todos los elementos necesarios para construir una infraestructura tecnológica capaz de soportar sus operaciones o nuevos proyectos.
La oferta de servicios de cómputo en la nube hace más sencillo la implementación de sistemas de información, sin la necesidad de contar con espacio físico para la instalación de equipos físicos, y con un potencial ahorro al hacer uso de modelos de cobro como son las suscripciones de pago por uso.
Es importante subrayar que el cómputo en la nube no es un reemplazo directo para la implementación de un centro de datos en una organización, sino que representa una alternativa con un diferente modo de operación y un potencial ahorro en costos. Queda como responsabilidad de las organizaciones realizar un estudio para verificar la factibilidad en la contratación de servicios de cómputo en la nube y el modelo de servicios requerido según sus necesidades.
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